Un alegato contra el bulling y el suicidio en forma de relato corto: Un breve libro para Elías.

UN BREVE LIBRO PARA ELÍAS. (Dedicado a A.G.) Capítulo 1. SIN MIEDO. Elías, jamás le había temido a la muerte, desde que tuvo lugar su despertar espiritual, como si hubiera sido un guerrero en alguna otra vida anterior. Tal era su sensación de desintegración alma-mente-cuerpo. Se refugiaba en la lectura, en las enciclopedias que encontraba en la gran librería del salón de su casa. Elías, sin miedo, se sabía distinto. Pensaba a veces en la evasión definitiva, en el no ser, pero la lectura siempre lo salvaba de aquellos negros pensamientos. Siempre los libros, de todas clases. Libros sobre la salud, sobre la sexualidad, sobre la historia del mundo. Sin embargo había libros que no existían en esa librería: libros sobre el espíritu y sobre religión. La lectura y el amor lo salvaban siempre. Mientras se iba haciendo mayor, seguía estudiando por inercia, porque los libros eran sus amigos. En ellos aprendía lo que en la escuela no se enseñaba de forma amplia: las leyendas del mundo, los cuentos y mitos griegos y romanos, los mapas del mundo ampliados, juegos psicológicos de las enciclopedias de su casa, y otras historias relativas a culturas diferentes de la Tierra. Sin embargo seguía sin encontrar referencia alguna a los libros sobre el espíritu, sobre la mente, sobre los sentimientos y sobre religión o religiones. Así pues decidió estudiar sobre ello. Y la sorpresa fue que tampoco ahí encontró lo que buscaba. Todo eran teorías sobre la educación, sin referencia alguna a la educación del espíritu, todo eran teorías sobre cómo desarrollar contenidos educativos. Nadie tenía la “panacea” de cómo educar no sólo en contenidos sino en el desarrollo emocional y social de la persona, en el autoconocimiento. Una persona que no se conoce, nunca llegará a ser feliz en toda su dimensión, porque no sabe qué es lo que busca o lo que le define con mayor o menor exactitud. Uno debe conocer todos sus hobbys, su vocación principal, sus vocaciones paralelas (las que podrá desarrollar en la vida si alguna vez quiere cambiar radicalmente de vida en función de su evolución personal). Todo eso conlleva tiempo para conocerse y voluntad de conocerse. La curiosidad lo mantenía vivo, en esencia. Y empezó a vislumbrar que otra clave para ser feliz era ver con otra mirada el mundo y percibir cada pequeño detalle, y en definitiva vivir el momento. Y seguía leyendo y leyendo y aprendiendo cada vez más sobre la vida y sus secretos para vivirla. Por último encontró leyendo a Ralph Waldo Emerson, que “cuando decidamos que lo que sabemos es más importante que lo que nos han enseñado a creer habremos cambiado de velocidad en nuestra búsqueda de la abundancia. El éxito viene de nuestro interior, no de fuera”. Capítulo 2. NECESIDAD DE AYUDAR A OTROS. Pasaron los años y llegó a cumplir los treinta. Entonces leyó atónito que la segunda causa de muerte en la juventud europea y asiática era “la evasión definitiva”. En occidente, las cifras eran escalofriantes. Por supuesto en los diarios no se daba publicidad a esto. Se dijo a sí mismo que algún día publicaría un alegato contra la “Evasión Definitiva”. No sabía cómo abordarlo ni en qué formato. Sólo se hizo a sí mismo esa promesa. No había culpables, sólo hechos. Se nos enseña conocimiento estancado y el conocimiento es expansivo, dinámico. Todos aprendemos de todos. Unas ciencias necesitan de otras para avanzar. Todos nos necesitamos para ser felices. Yo también te necesito para ser feliz Elías, le decía una amiga que intentaba convencerlo de que la lectura es importante para seguir aprendiendo de los mismos problemas que ha tenido la humanidad durante siglos. Un tropiezo en el camino no es el fin del mundo, sino el principio de un aprendizaje continuo acerca de la vida. Capítulo 3. SI SALVAS UNA VIDA, YA SERÍAS ÚTIL. Amadora, la amiga de Elías, se decía: si salvas una sola vida, salvas al mundo. Le daba vueltas al tema, y lo dejaba de lado día tras día pues no se le ocurría nada. Tan sólo escribió este relato para él, para Elías. Si a él le servía, estupendo. Amadora era de regalar poco en cosas materiales, y mucho, de regalar en cosas espirituales, pues el alma se nutre de palabras de amor en sentido amplio. El amor nos llena y nos carga de energía saludable. El odio o el rencor llena de tóxicos el cuerpo y nos hace daño. Por eso hay que perdonar cada día. Mi regalo antes de partir a otros lugares de aprendizaje, Elías: Un breve libro. Elías, yo siempre estaré cerca de tu corazón, cerca de mis amigos. FIN.
De mi libro Relatos cortos y un cuento de andar por casa de bubok.es. Son relatos de autoayuda.

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